sábado, 1 de enero de 2011

EMPIEZA LA PARTIDA








sábado 1 de enero de 2011


EMPIEZA LA PARTIDA


Tenía asumido que la nochevieja iba a ser diferente. Y acerté.
Motu proprio decidí canalizar la llamada a la feligresía al ritual de las uvas. Dando igual una u otra cadena, opté por la más inocua, o menos inicua : La privada de mi casa. Desperté como pude a mi nieto que ya estaba en otra dimensión onírica, y conforme yo contaba cuartos, medios y doceavos, de golpe sentí que el Reloj Natural nos transportaba a ambos, Pablo y yo, al mundillo fecundo del nuevo año. Un carillón invisible   lo convertía en Año Nuevo. Sin brindis, todo a palo seco, ya está bien de des-cadenas.
A renglón seguido busqué ansiosa por entre los Strauss y a la vista de la marcha Radetzky estaba servida la excusa para batir palmas, al dictado y medida de von Karajan o tantos otros.
Apenas he conciliado el sueño, de remordimiento de conciencia por haberme perdido el cotillón y las uvas...
Parece que las alegres comadres y los alegres compadres todavía descansan de los excesos comilones de hace unas horas. Es asunto suyo, créanme.
Yo ni me inmuto, enfrascada que estoy marcando sobre mi agenda la hoja de ruta para este lote completo de días, recién inaugurado. Entre mis planes inmediatos anoto uno que pasó por alto el mismo J.J.Millás:
Des-Apuntarme.
Eso, que me desapunten  quiero rápido de los sinsabores y de los trabajos forzosos.


Empieza la partida y yo juego.

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el patio de mi casa