No acabo de comprender bien el significado profundo de celebrar el fin de año. A lo mejor resulta que no hay significado que valga. O pudiera ser tan profundo que escapa a mi capacidad mental de entender.
Sin embargo el público da muestras de captarlo íntegro. Va y viene enloquecido agotando no solo todos los productos del mercado sino los últimos cartuchos que aún le quedan disponibles sin quemar del año que se precipita hacia su meta, imparable. Éste no esperará a otro tren. Dice que se marcha y es que sí.
El tiempo, como lecho intangible en que duermen y despiertan, sueñan y se desperezan sin cesar todos los seres vivos, nos vuelve la espalda dejándonos como único recurso de consolación pasar la hoja, manoseada y triste, para darnos de bruces con el regalo-sorpresa del Año Nuevo.
Pobre San Silvestre si te colocaron en la carrera justamente a la cola de todos los santos y demonios para que no diese tiempo material de agasajarte como fuera debido.
En otro tiempo, alguien con voz tremenda al filo del irremediable toque de medianoche , solo clamaba la frase sórdida "¡Se acabó"!
A continuación vociferaba el gentío, ajeno a trascendencias:
"Feliz Año Nuevo"!!
El cava o el champán regaban nuestros delirantes deseos de prosperidad.
¡Qué ingenuidad la nuestra! No tenemos remedio.
Hasta dosmil once, sed medianamente felices, queridos míos, seguidores incondicionales.
A escasas horas para que 2010 finalice, la que fuera alumna tuya, y ahora seguidora de este blog, te desea un FELIZ Y PRÓSPERO 2011.
ResponderEliminarSara Catalán.
(p.d.: Pili, no me digas que no sabes quién soy...)
Ahora sí, pero no aparece tu foto en seguidora.
ResponderEliminar¡Qué grata sorpresa me he llevado como fin de año
Con estos enredos bloggeros, habrá cuerda para rato en el 2011.
Abrazos de bienvenida.