El día perdido
mejor que la noche triunfante
ha sitiado por completo el alma entera.
Todo se enturbia
como la bruma espumante,
como las ideas,
como el meteoro a velocidad
de vértigo
impávido.
La noche perdida
mejor que el día adentrado
ha envuelto en llamas
la mirada imaginaria
intrépida
trémula.
Y todo ha cobrado sentido,
la bruma
la sombra
la ira
la honra
la huída
la espera alucinante.
Imágenes nada más.