A medida que las palabras y las lenguas saltan de mano en mano, también de boca en boca, inevitablemente van perdiendo nitidez, se embrollan, se tergiversan. Sobre todo se deterioran. Y se imponen nuevos perfiles en el vocabulario corriente.
Es entonces cuando se hace necesario adoptar normas consensuadas entre quienes velan por la salud del idioma, de suerte que todos los usuarios sepan a qué atenerse. Es lo que han hecho justificadamente nuestros académicos filólogos: Poner de momento los puntos sobre las íes.
Acabamos de estrenar novedades ortográficas para tranquilidad de algunos, máxime si ya no están obligados a saberse el rollo ese de 'con tilde o sin ella', por ejemplo. ' Con mayúscula o minúscula' , 'Junto o separado...'
Pero naturalmente siempre andará el diablo zurciendo, y sembrando duda en lo que parecía estar más claro que el agua. Vean si no esto:
"Solo se toma solo el café solo". E interprétenlo como puedan. Con unas tildes de nada, solucionado. Pero así, a palo seco...Una locura lo del café ¡Qué quieren que les diga!
No sé si llame a don José Manuel Blecua por que me eche un cable. Estoy hecha un de(se)chado de perfección lingüística. O sea, un lío . No exagero.
Desde luego, yo también estoy casi indignado por tanta memez linguística. Y digo "casi" porque ya no me quedan redaños para indignarme más. Toda la vida queriendo conservar el sano lenguaje ( ¿se escribe así esta última palabra, con jota final, como los festivales de Aragón, o quizá con "ge-latina" para que pegue más?), y ahora nos vienen con esas. Sólo me ha gustado lo de llamar "ye" a la "y griega", eso tal vez sí está muy bien, porque ¿a santo de qué debería ser griega una letra que usamos como copulativa entre tantos y tantos sujetos y objetos cotidianos de los que usamos aquí en España desde tiempo inmemorial...?
ResponderEliminarAhora tú, Pili, a quien avala tu título de maestra, a ver si procuras que algún periódico de tirada nacional (y no digas "qué significa nacional" porque te meterás en un buen lío) publica tus editoriales del miramare... Tal vez para el siglo que viene se alabarán tus ocurrencias y conclusiones.
José. Tu hermano