Esta vez nada tiene que ver con la de ayer, la gorda de la lotería, que descaradamente pasó de largo dejándome con dos palmos de narices. Lo que se dice ni un chavo. Por más que miro aquí en internet la tira de numericos agraciados, no hay manera de que coincidan con los míos. Entre otras razones, porque no tengo más que dos míseros, 'los miserables'.
La que se avecina, que anuncio, lleva una carga emocional estupenda y, en confidencia, os adelanto va a ser de antología.
Aviso, porque el que avisa no es traidor. Estamos a cinco días vista. Y no puedo adelantar más datos para no salirme una miajica de lo estrictamente confidencial.
Muchachos-as que me visitáis: Os dejo con la mosca en la oreja, lo sé. Pero os dejo para que preparéis con esmero los entrantes de la nochebuena, que la tenemos encima.
Este invierno comienza pisando fuerte fortísimo. Y nos queda para rato de pisar.
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