martes, 7 de julio de 2009

Las Dunas

Ardiente y sediento el polvo roquedo solo.
Sola la arena inhóspita clamando a voces un roce que ni llega.
Ahora nada y amor.
Ahora soy nada.
Pondré alas, oh céfiro, a mis manos
hasta acoger mansamente tu esencial caricia.
Ahora, todo o amor.
Mañana, de nuevo
nada te absolverá de la culpa.
Mas habremos sorbido
el brindis eternizado
nates de que emitas el definitivo
adiós.
Dos en uno y uno en dos
aprende el búho al acecho
desde su remanso
que la inmensa fusión
acalla rato a rato.
Bebed, mis dioses serenos al cabo
quietos de encanto.
Bebedme y tenedme al tanto
ahora que aún todo es amor
de amarte.
Átomos de tierra lúcida.
Ojos de mirada infinita
en mis ojos confundidos,
venid en pos de mi solo desvarío
para de una vez
soñarte

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