domingo, 13 de diciembre de 2009

CASA-BLANCA (Relato supersónico)

Érase, como casi siempre es, que el pintor no venía .

Porque para los trabajos - bajos - el mañana no existe, salvo excepción, y naturalmente, siendo quimera 'mañana', más lo debe ser 'hoy'. De aquí deduzcamos si vendrá o se marchará, o si te he visto no me acuerdo, aquel a quien contrataras para servicios a domicilio, de cualquier especie. _"Ah, muy bien: para mañana mismo..." Es la eterna canción-respuesta . Pero, lo que son las cosas, esta vez falló el cálculo a mi favor, y el pintador con su tropilla han empezado a dar a la luz las sombras. A convertir en blancor lo que hallaron negro, negro.
Ya la casa refulge y al sol primero
se esmeran las brochas,
nace el portento.
Casa Blanca, blanca casa de abajo arriba.
Solo una línea finísima, amarilla, parte en dos la zona franca. A los pies las piedras se tornan gris para aguantar firmes los embates del polvo y la porquería. ¡ Perfectas!
Mi pintador ha pintado de la mano de una densa niebla, apenas disipada gota a gota. Mañanitas de niebla, tardes de paseo. Huele a limpio y a templanza de un mes de año agonizante.
Mañana serán los hielos. Se presiente.

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