Cuando había quedado relegada a un honroso segundo plano la fatal cuestión de "la A", simple gripazo desconocido, va galopando y cortando el viento el otro bicho. Tan frecuente, tan destructor, tan temido que no respeta ni vacunas ni curaciones informáticas.
¿Adivináis qué es ello?
Es muy sencillo. Lo llamaremos equis de momento.
En el desenlace ya lo pondremos en su sitio, con su verdadera denominación.
Y es como si de repente tuvieras que guardar cama una semana entera, a la espera de que mi amigo el informático dé con el truco .
Mientras, a sufrir. Total esta vez por una simple tecla. ¡Hay que ver lo que vale una tecla!
Soy persona de principios, lo juro. Llevo a rajatabla que camión sea camión y no cami"on. Pérez, no P"erez. Etcétera versus etc"etera. Y asín, sin parar.
..._"Tómese estas pastillas" , en plan doctor te recetará el galeno de turno. Y si no se le pasa, vuelva".
..._"Voy a instalarle un programica estupendo, y cuidadito con los mensajes". [El que avisa no es traidor] .
Qué, ¿aclarado el asunto?
Era el virus, naturalmente.
Contra él no hay otra que los antivirus, dicen. El mercado está colmado de ellos. Valen un güevo y queda su eficacia asegurada.
Yo me lo creo y descanso tranquila, superado el mono de la tilde, dándole con saña a la tecla del acento. Hasta nueva recaída.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
el patio de mi casa