sábado, 8 de agosto de 2009

Sombras de sospecha. Relato

No hay nada oscuro, ni siquiera en la intención. La alusión a las tinieblas se ciñe al recentísimo vuelo en avión, hace pocas fechas, con los pies derretidos de cansancio y la cabeza y el espíritu a caballo entre Londres y el espacio aéreo.
El azar me colocó en el asiento de emergencia. El azar vestido de azafata, naturalmnte. Por lo que
mi radio de visión se estrellaba una y otra vez contra la infernal ala . No pude saber si era el mar lo que quedaba abajo o si era la tierra desolada.
Movía el cuello a derecha e izquierda. Pero siempre con idéntico resultado: ala y más ala. La perdición. Ni cabecear fue posible a causa de la impertinente coleguilla que me tocó en suerte a mi lado, ¡oscuro!
Era el lado bueno, de momento al derecho, el que mostraba resplandores del sol poniente. Y luz a raudales.
El siniestro, abrumado de nubes densas solo ofrecía oscuridad . De nuevo mi lado frío ¡oscuro!
Sin previo aviso surgió la maravilla. Al principio tímida. Poco a poco creciente. Hasta estallar majestuosa, única en su sitial de honor, la precisa luna llena de un cinco de agosto.

No sé qué tiene este cinco, que mirarlo me enamora.













Mi digital es testigo y en cuanto se serene el ánimo , regresaré nel autocare de miramare a colgar las fotos sospechosas. (Cosi fan tutte).
También en breve volveré a las andadas, voladas.

2 comentarios:

  1. Yo te pido volver a tus andadas pues las necesitamos leer y ver a Pili como siempre ocurrente,ingeniosa,maravillosa y más y más.entendido.Angelita

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  2. Pilar, leo en el blog que Merche Marín que estás hospitalizada. Confío en que tu energía será suficiente para estar pronto al frente de todas estas historias que tanto te gustan. Un abrazo y hasta pronto.

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el patio de mi casa