¿Y si dijera adiós
o huyera
evanescente,
o me enrolara
en una fuga perfecta?
No hallo la manera persuasiva de decirlo.
¿Y si cantara adiós
en salmodia
persistente?
No hallo un modo de entonarlo.
¿Y si me permitiera un adiós?
-impacto impaciente-
No hay atisbos de permiso
¿Y he de decir adiós?
No conozco los registros de lanzarlo
¿Y si me urjo a decir adiós?
No encuentro resortes aparentes.
Insolventes.
Porque
ni digo
ni canto
ni entono
ni permito
ni me obligo urgente
ni me debo a maneras, atisbos, registros, resortes, pedales.
Y así está mi impetuoso mar.
Imponente
entre arabescos
fundidos
tocados.
Alfas Omegas
Sin principio.
Sin fin.
Qué engañosa es la apacibilidad del mar, el indolente ojo pocas veces alcanza a ver el vapor que de él escapa aromando la inmensidad y de la espuma sólo ve la blancura y la arena mojada, más nunca los espejos, el mineral, el silicio y ese golpe de viento que esparció en la eternitud. Llega tu poema como ese océano en clave universal, remolino de sonidos que en clave de orlas y olores alcanza al lector que no quiere separarse del poema... mas tiene que seguir su camino.
ResponderEliminar¡Estupenda creación! Gracias por tanto que nos das.
Un abrazo al compás de un espejo sobrepuesto entre tu poema y la mar.
Ojalá fuese capaz de enlazar las palabras y describir los sentimientos, las emociones, las razones, los pensamientos....todo esto que me das cuando te leo............
ResponderEliminarHasta dentro de nada...se me pasa el tiempo esperando volver a este tu espacio.
Que lindo!!
ResponderEliminarVado in ferie allora sono passata a lasciarti un saluto e ad augurarti buone vacanze.
Ambra
http://newsdalmondoseneca.blogspot.com/
Muchas gracias por tu comentario en mi blog. ¿Te gusta el nuevo audio, de Haydn?
ResponderEliminarAbrazos.
Me uno al comentario de Julio sobre la idea del espejo, que me resulta tan potente, para ponerlo frente a cualquier cosa, por ejemplo, todas esas infinitudes que comentas. Desde el momento en que la imagen se refleja ya sí que disponemos del infinito, entonces sí que hemos conjurado cualquer idea de acotar lo que estamos hablando. La idea del espejo nos trasciendo y nos ofrece un horizonte nuevo en el que nosotros como personas no tenemos cabida. Sólo nuestra capacidad de soñar puede medirse en esos espacios sin límites. Un beso
ResponderEliminarEl "adiós" no tiene entidad sin un corazón que se lo permita, y es perfecto que así sea.
ResponderEliminarBellímo tu poema, Pili, la metáfora se viste de fiesta brindando por tus versos.
Celebro conocer tu espacio y tus letras.
Un beso grande :)
Sigue y haznos disfrutar de tu impetuoso mar. No tengas prisa, deja el adios para otras eras. No soportaríamos tu ausencia. Besazo.
ResponderEliminarNada de adioses, Pilar.
ResponderEliminarEl estilo de tu poesía embarga de emoción a cualquier alma sensible que la lea. Necesito tus poemas, corazón, como un oxígeno para mis neuras. Leerte es mover las alas, pensarte es echar a volar. Eres maravillosa, genial y preciosa.
¿Adiós?
ResponderEliminarLa pieza que has escogido para mi es especial porque fue la primera que a mi churumbel impresionó, de tal manera, que la tengo filmada con cara pasmada, desde los diez meses, veces varias; la escuchaba primero, entera sin apenas pestañear; la dirigió después cuando vio como lo hacían en la película "Fantasía" y a día de hoy (tiene cinco añitos)todavía nombra a Bach como su compositor preferido solo por esta pieza.