SILENCIO SILENCIO

Pero a ti quién te enamora

que no quiera ser morilla,

garrida y  lozana.

Dinos quién,  quién te enamora.

Pero a vos,  a vos, señora,

quién la color le ha perdido.
 Quién la tornó desmaída,

tan cristiana, y tan devota.

Quién, quién quién la desmayó.

Pues y quién, señor,  bien mío,

namoróse de doncellas?

Quién lo supo y lo dixera?

Será el saxo impresionante

Será el 'officium'

y el arte

de Ensemble, cierto.

Será el silencio expectante

que corta respiración.
Será el respeto imponente
de un quinteto acompasado
O acaso

al  fin tres moras moricas

las nombradas en Jaén .

Mariel, Axa y Fátima

las tres?


[29 de Julio
Santa Marta]

Especialmente para todas las Marta
y pseudosociólogas, muchas.

FUGADOS, TOCADOS

 ¿Y si dijera adiós 

o huyera

evanescente,

o me enrolara

en una fuga perfecta?

No hallo la manera  persuasiva  de decirlo.

¿Y si cantara adiós

en salmodia 

persistente?

No hallo un modo  de entonarlo.

¿Y si me permitiera un adiós?

-impacto impaciente-

No hay atisbos  de permiso

¿Y he de decir adiós?

No conozco los registros de lanzarlo

¿Y si me urjo  a decir adiós?

No encuentro resortes aparentes.

Insolventes.

Porque

ni digo

ni canto

ni entono

ni permito

ni me obligo urgente

ni me debo a maneras, atisbos, registros, resortes, pedales.

Y así está mi impetuoso mar.

Imponente

entre arabescos

fundidos

tocados.

Alfas   Omegas

Sin principio.

Sin fin.

NUNCA, SIN EMBARGO

Nunca más por fundirte en confusiones

me traigas nubes altivas

desmemoriadas.

Nunca más, flor de holocausto indigna,

me dejes a merced del vendaval,

perdidos  el norte y el rumbo.

Nunca digas que de tanto querer

se te ha enquistado el amor.

Pero nunca, más que siempre,

lamparilla de aceite en ofrenda,

perpetues la ausencia

y  al cabo tráeme regresos.

Nunca , fuente de ondinas

y valles,

sin embargo  digas  basta.

Ni etiquetes el fin
incongruente.
No puedes ni por error

optar a

olvidarte con eficacia
con exactitud cronométrica.
Nunca, nunca

te dejes morir a trozos

desperdigados hastiados de silencio

a trozos mudos

a tristes trozos hechos pedazos.

Sin embargo te digo
¡oh!  nunca

permitas que un carro de fuego

te arrebate.

Será  así que allende

todo resonaría
 como a término.

Y PURÍSIMAS

Pero asómbrame de sombras que sirvan de velo

tupido. Guarda segura, negror de albura eterna.

Asómbrame y dame sombras.

Déjate, más no me dejes

seas ríos,

seas auroras.

¡Ay los ayes,

¡Ay, son penas!

Sigues perdido tu nombre

de ruidos que no me nombran

Ríe si quieres tu risa

de plomo, pesada  y fría

Pero cúbreme de sombras

que son plata cuando ríes

que son llanto cuando lloras.

Aguárdate con mi guarda

que dejo a tu lado, quieta.
 Silénciate  porque no oigas
luna de estío. Una estrella,

palabras que arrastró  el viento

 viento que cifró promesas.

 Promesa que mientan   pactos

pactos con  hilván secreto

Secretos de alcoba en sombra.

Sombras purísimas

sobran
 aunque brillan como platas.

Sombras de soledad me asombran.

.